Ante esta posibilidad que no precisa de heridas importantes para
acceder a la zona del organismo que necesita ser operada, hace que el
postoperatorio sea más corto y menos doloroso, con un alta hospitalaria precoz
y una incorporación rápida a la vida normal y al trabajo. El riesgo de
infecciones y de hernias es menor pues, al haber una manipulación mínima de los
tejidos, hay una menor reacción inflamatoria en la zona. Existe una reducción
importante de los riesgos típicos de la cirugía, especialmente los relacionados
con las complicaciones pulmonares y cardio-circulatorias, más típicas en
enfermos mayores y en los pacientes obesos.
No en balde, el mundo entero ha volcado sus ojos a esta práctica. Asistidas por
laparoscopia o por robot, la CMI
le otorga un nuevo nivel a la salud mundial. Venezuela, país muy a la
vanguardia en América Latina en Cirugía Mínimamente Invasiva, será sede de las
1as Jornadas de Cirugía Laparoscópica de la Organización Sanitas
de Venezuela, con el soporte del Instituto Médico La Floresta , en el encuentro
del 25 y 26 de mayo se estarán explorando todas las más recientes tendencias en
CMI. El núcleo de Cirugía Mínimamente Invasiva de la Floresta (CIMI), trae
para las jornadas al ginecólogo argentino Carlos Sarsotti, quien compartirá
experiencias con los galenos nacionales en su especialidad: Uroginecología y
Reconstrucción del Piso Pelviano.
Vanda López, integrante del Centro de Cirugía Mínimamente Invasiva del
Instituto Mádico La Floresta
y una de las voces más autorizadas del país con respecto al tema, explica que “la Uroginecología está
especializada en la atención de mujeres con problemas de piso pélvico, como
incontinencia urinaria y prolapso de órganos pélvicos. Estudia, diagnostica,
realiza tratamientos, previene y rehabilita de acuerdo a las normas, procedimientos
y protocolos actualizados”. Según sus palabras, “es una disciplina
médico-quirúrgica, subespecialidad de la ginecología y de
la urología,
que se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías
relacionadas con los aparatos urinario y genital femenino, muy especialmente
las disfunciones del suelo pélvico”.
El abordaje de todo estos problemas en forma seria e intensiva por
laboratorios y especialistas ha llevado a desarrollar modernas técnicas de
tratamientos quinésicos y quirúrgicos mínimamente invasivos que dan estupendas
soluciones a las mujeres que lo requieren. Hoy una incontinencia urinaria al
esfuerzo, limitante para muchas actividades, puede solucionarse con una mínima
cirugía, inclusive ambulatoria y con anestesia local. La vergüenza de padecer
estas patologías y el desconocimiento de los progresos de la medicina en sus
tratamientos lleva a muchas mujeres a esconderse o cerrar su vida social,
laboral y sexual y afectar seriamente su psique.
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