lunes, 23 de agosto de 2010

La vaca sin culpa: entrevista con los autores

Jaime Lopera y Marta Inés Bernal son los responsables de La culpa es de la vaca, haciendo de esa controvertida afirmación un éxito editorial, especialmente en Venezuela. Sus historias sencillas, cargadas de emoción y humanidad han atrapado a lectores de todas las categorías, pasando de la autoayuda a la referencia empresarial y educativa sin mayor contratiempo.

En esta oportunidad presentan el capítulo final de esta historia con La vaca sin culpa, un libro cargado de espiritualidad que promete el mismo éxito que una vez tuvo el rumiante culpable.


- ¿Cómo se liberó la vaca de esa culpa que venía cargando en los otros libros?
MIB - “Esa vaca se quedó sin culpa porque creemos que esa era la mejor manera de culminar la serie de La culpa es de la vaca. Este nuevo libro es compendio de anécdotas, fábulas y parábolas que tienen un corte más espiritual, así que de cierta manera estamos exonerando a la vaca de la culpa. Quisimos dar a entender que estábamos saliendo de un terreno puramente karmático, humano, y estamos llegando a una dimensión más trascendental”.

– En el primer libro La culpa es de la vaca, se hablaba mucho del miedo al cambio, en La vaca sin culpa ¿siguen por la misma línea?
JL – “En La culpa es de la vaca 1 y 2 nos enfocamos mucho en el tema del cambio, pero cuando escribimos la versión para niños, para las mujeres y este último, el contenido y la sustancia son totalmente distintos. Para una persona como nosotros dos que no tenemos hijos, construir historias para niños entre 8 y 14 años fue una tarea monumental, que afortunadamente nos dio buenos resultados. Hacer historias para ellos sin brujas, sin dragones ni villanos, solo es posible si el tema les llega al alma”.

- El tema de la tolerancia ha estado particularmente presente en la Venezuela actual, en ese sentido ¿cómo han ayudado sus libros a los lectores?
MIB - “La tolerancia tiene muchas connotaciones, pero lo más importante parte del verdadero respeto por el otro. Reconocer en el otro que tiene derecho a existir como es. Si uno respetara verdaderamente al otro, uno le permitiría que pensara de manera diferente, que actuara de manera diferente; mientras no vaya en contra de los derechos de los demás. Por eso queremos que en esta sociedad, expresada por un filósofo polaco como la sociedad líquida, porque se va disolviendo lo que caracteriza a una sociedad: el amor, la institucionalidad. Solamente trabajando en la afirmación de los valores de cada quien, podemos sobrevivir en esta sociedad tan líquida, esa es la intención de nuestros libros”.

- Escuchando tu repuesta parece haber una cierta imagen idílica del ser humano, en esencia ¿el libro responde a la necesidad generalizada del rescate de los valores?
MIB – “Como trabajadora social en comunidades públicas y privadas, junto a mi esposo Jaime, hemos trabajado mucho el tema de la convivencia y todo lo que tiene que ver con los factores humanísticas y justamente es esa versión idílica la que no queremos tocar. Nosotros en los libros no damos consejos, ni nos ponemos como ejemplo, porque creemos que no somos paradigmáticos para nada. Entonces recurrimos a las historias que reflejan un valor humano y cada persona saca sus propias conclusiones”.

- ¿Podemos verlo como una crónica de las vivencias humanas?
MIB - “La vida nos está presentando permanentemente retos que a veces no sabemos cómo enfrentar, y ese tipo de parábolas nos llega primero al corazón que a la cabeza y si uno entiende primero con el corazón, es más sencillo resolver cualquier situación”.

- La culpa es de la vaca ha gustado mucho en Venezuela, ¿cómo se sienten presentando el cierre de la serie?
MIB - “Estamos muy complacidos, esta es la segunda vez que venimos a Venezuela. Sabemos que aquí nos leen mucho, nos escriben con mucha frecuencia y en este sentido incluso logramos incluir el aporte de una venezolana, Bethzaida Montilla, con un poema muy bonito, siguiendo el tema de la espiritualidad.
Siempre nos hemos sentido muy bien recibido en el país. Hay más de 50 mil copias vendidas en Venezuela y eso es muy significativo porque son libros que se quedan en la familia y que sirven de ayuda pedagógica en los colegios, universidades y hasta en las escuelas. La metodología de la fábula gusta mucho porque es fácil de entender, es una especie de película en pequeño, a las personas se le fijan imágenes y logran recordar más rápidamente. Temas como la compasión, la voluntad o la ética son difíciles de explicarlos cuando uno tiene que dar grandes discursos, y a la gente la parte teórica le cuesta más recordarla. Esa es la magia de la parábola, la capacidad de ser traída a la memoria con facilidad”.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh! I love your book! at first thought that it was only a cow, but I was wrong and is the first book I've read and liked me a lot! I hope they continue doing many more. Thanks!