Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 30% de la población venezolana mayor de 15 años ya presenta niveles de sobrepeso, razón por la cual Venezuela se ubica en el sexto puesto entre los países con mayor cantidad de obesos.
La obesidad, considerada una pandemia en la actualidad, es una de las principales causas que inciden en la aparición de diversas enfermedades; no en vano, los expertos señalan que una persona obesa tiene 44% de probabilidades de padecer de diabetes y 23% de sufrir cardiopatías isquémicas, por citar sólo dos alteraciones de organismo.
A esta alarmante realidad hay que agregarle que durante el mes de diciembre, la gastronomía nacional se nutre de comidas tradicionales navideñas con alto contenido calórico y ricas en grasas saturadas y azúcares, tales como hallacas, pan de jamón, pernil, ensalada de gallina, dulce de lechosa, torta negra y panetón, entre otros.
De acuerdo con expertos en nutrición, en esta época del año las personas consumen entre 30% y 50% más de sus necesidades calóricas diarias, afectando directamente su peso y, como consecuencia, su estado nutricional.
“Durante el último mes del año, en promedio, las personas aumentan 4 kilos. Sin embargo, es posible comer sanamente en Navidad si se eligen y combinan los alimentos de forma correcta y con un adecuado aporte calórico. El resultado será una alimentación balanceada y un apropiado control de peso”, señaló Sandra Rangel, Nutricionista Clínico del Hospital de Clínicas Caracas.
El primer paso para conseguirlo es conocer y combatir los cinco peligros navideños que pueden causar modificaciones en el organismo y que, además, pueden hacer que las personas progresen de los grados de obesidad:
- Horarios. En esta época del año, los horarios de almuerzos y cenas se adaptan según la ocasión: encuentros con familiares, con amistades y festejos en los ambientes laborales, provocando que las comidas se retrasen, se junten o se prolonguen.
- Excesos. En cada cita o compromiso existe un mayor consumo de alimentos y bebidas, lo que implica un desequilibrio entre lo consumido y la energía gastada.
- Excusas. La ingesta de más alimentos se justifica por la época, la tradición, la compañía (familia o amigos) o la actividad física que se practica.
- Grasas. A diario se eligen y se consumen alimentos ricos en grasas saturadas, por el modo de preparación de los platillos tradicionales, que posteriormente reflejan un aumento en el perfil lipídico (colesterol total y LDL-colesterol, conocido como colesterol malo).
- Bebidas. Se aumenta el consumo de bebidas alcohólicas, con unelevado aporte en calorías que luego son convertidas en azúcares. Para las personas con síndrome metabólico, esto no es conveniente.
La obesidad atenta contra su salud
Enfrentar estos riesgos de alimentación en exceso y superarlos requiere tomar conciencia y tener una buena disposición para evitar consecuencias dañinas para el organismo. Rangel afirma que la fórmula es simple y garantiza excelentes resultados:
- Respete sus horarios de alimentación y no omita ninguna de las comidas del día
- Recuerde consumir pequeñas meriendas entre las tres comidas principales
- Trate de no inclinarse a diario, ni en todas las comidas, por un menú rico en grasas saturadas y calorías. Alterne su plan nutricional con platos horneados, al vapor, a la plancha o guisados con poca cantidad de aceite, y cuide las cantidades.
- Visualice su plato dividido en cuartos: un cuarto para los productos de origen animal (carnes rojas y blancas: pollo/pescado), un cuarto para carbohidratos (pastas, arroz, pan) y dos para vegetales: un cuarto para crudos y el otro cuarto para cocidos.
- Seleccione una ración de fruta fresca y entera como postre, evitando los jugos o licuados de frutas.
- No disminuya su actividad física ni la postergue. Promueva el movimiento. Para ello, trate de sustituir el uso de las escaleras fijas por las mecánicas, estacione su carro a una distancia un tanto lejana de ascensores o escaleras, y evite el use el ascensor.
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